Pasando el tiempo no blogger, regreso con un post.
Luego de mucho ajetreo en mi quehacer diario, llega un domingo donde me levanto a medio día, y sin expectativas de nada, poco antes siquiera de desayunar, se me
encomienda la tarea de recibir y darle
su respectivo paseo por la ciudad de
Guadalajara a un primo visitante de Monterrey, y originario de
Coahuila; Carlos Fuentes.
Para empezar, les comentaré que mi desayuno consistió en una deliciosa Torta Ahogada, que queriendo y no, me considero un fiel admirador de tan delicioso
manjar gastronómico
tapatío, empezando así un buen comienzo para un día muy
guanatense,
oséase de
Guadalajara.
Para comenzar el recorrido, luego del camino hacia el centro (porque siendo originario de la ciudad, y para una visita
express, uno
automáticamente piensa en el centro) y de tratar de orientarlo un poco respecto a la geografía estatal y la dirección de los importantes lugares del municipio, (o mínimo para que supiera regresar a casa en caso de extravío) dejamos el móvil en el estacionamiento de la plaza
tapatía, que por fortuna en cuanto subes a la plaza, la ciudad te da la bienvenida con un evento que nadie sabe de lo que trata
pero todos están ahí, descansando,
sacándose lo mocos, ó
boquiabiertos. La primera parada sería el mercado Corona (uno de los edificios más viejos del municipio), que con el supuesto objetivo de obtener información o pedir una limpia
brujeril para mi primo, por que 2 años sin trabajo no son muy normales, llegamos al segundo piso de la arquitectura, para encontrar cerrado el lugar (más salados será?)
Sin darle importancia a este tropezón, fuimos al museo de Antropología del Estado, que para mi sorpresa, donde aparte del "clásico Mamut"
encontramos una muy buena e interesante exposición de fotografías de la época de la Revolución e Independencia de México; escenas
cotidianas, tropas alborotadoras, fusilamientos y también varias
personalidades como Obregón, Francisco Villa, o
Porfirio Diaz y otros muchos personajes, pero como aquel periodo lo
amerita, la
imágen común
denominadora es el
mexicano moreno,
sombrerudo y
bigotón...
Una vez fuera del museo, la obligatoria parada frente a la catedral para la foto, luego empezar camino rumbo al Teatro Degollado, pero antes los caminos y la temperatura se hicieron presentes
antojandose una
cervecita, que al estar por los rumbos, y por aquello de la tradición, buscamos hacer parada en "La Fuente" tradicional cantina donde
encontrándonos una vez más con la señora mala suerte, llegamos y aquel viejo tugurio estaba en periodo de
remodelación...ni hablar.
Después de dirigirnos ya hacia el hospicio Cabañas, en su explanada posterior, nos topamos con la primera muestra de arte en el piso; alrededor de 40 a 50 participan
tes trazando dibujos y difuminando sombras y texturas de lo que al parecer manipulaban con una buena técnica el gis, es poco probable, pero si aún están y tienen la oportunidad de ir, lo recomiendo.
Siguiendo camino, decidimos parar a comer y beber, refrescarse y descansar. Aprovechando y estando también muy céntrico y como parte del recorrido, decidimos entrar y visitar el mercado Libertad, también y mayormente
conocido como San Juan de Dios donde está demás decirles que es como un tianguis enorme y encuentras una amplia variedad en productos varios (como la ven)
Ya en la zona de comida, Carlos pide "Carne en su jugo" y yo un "Torito" que es como una
burrita grande,
gratinada, llena de carne y con una salsa comúnmente picosa, pero que para esta ocasión no me gusto, y me extraño, ya que la mayoría de "Toritos" del mercado son sinónimo de garantía, y para no desaprovechar este lo pedí para llevar.
Bajamos a la zona más tradicional donde encuentras en su mayoría artículos de piel, madera y piedra, para buscar un recuerdo de un
carrito artesanal y llevarlo a un sobrino
dil Norte...
De regreso al coche para llevarlo a la central, dos acontecimientos: Pasando enfrente del centro Joyero, una niña se me aparece en frente y adivinando lo que
traía en la bolsa (el torito
pa' llevar) me pregunta: ¿Me regalas tu comida? ... sin dudarlo, lo entregue.
La segunda, una muchacha, que horas antes la
había visto pasear por los locales comerciales del andador
hac¡a el hospicio, nos frena y nos explica que si le damos un minuto y que si la apoyamos
comprándole un dulce para pagar su carrera y
bla bla bla... yo le pregunto a mi primo que si quiere un dulce y me meto la mano a la bolsa para sacar las monedas, ella me la toma, y se pone a escoger las monedas, me dice, "así, estos dulces para
ti y estos para
ti"... tomó 20 pesos y nos agradece (que huevos!)
Ya rumbo a la central, y tratando de evitar el tráfico y el estorboso
macrobús, llegamos justo en punto, a un minuto de perder el camión, en fin, buen viaje.
Antes de regresar a mi casa, como estaba en juego la final de
Futbol Mexicano, me paro en la casa de un amigo, vemos poco de
Futbol, unas
cervecitas y algo de
videojuegos...
Antes de finalizar el día y la narración, me comí una de las paletas de mango con chile (
supuestamente de la Rosa) que me obligaron a comprar,
pintándome así la boca y lengua de color amarillo, momentos después al lavarme la boca, ya para dormir, la reacción de colores provocaron que todo lo que escupí se volviera verde... olvidaba los principios de la química con los colores.